Hay una melodía reconocible para mucha gente, aunque asociable a diferentes cosas. Algunos nos hablan de la Copa Libertadores (fútbol), otros que tiene algo que ver con la Unión Europea y hay quienes la asocian con un coro porque la llaman Sinfonía Coral, aunque normalmente las sinfonías son interpretadas por una orquesta puramente instrumental. Así como antes de Beethoven hubo grandes músicos que compusieron un elevado número de sinfonías (F. J. Haydn 104 y W. A. Mozart 41), luego de la Novena de Beethoven había como un temor reverencial a superar dicho número. Así Schubert compuso 9, Schuman y Brahms 4, Chaicowsky 6, Mahler y Bruckner 9. Recién Shostakovich, un compositor soviético del siglo XX, compuso 15 sinfonías.
Qué tiene esta obra que la hace muy y poco conocida?
Lo más conocido es el tema musical principal del cuarto movimiento de la sinfonía.
Lo menos conocido, es que la obra se gestó a lo largo de 32 años de vida del compositor, entre 1792 y 1824 cuando se ejecutó por primera vez.
Ludwig van Beethoven (1770-1827) nació en Bonn y falleció en Viena, capital de la música y ciudad en la que desarrolló la mayor parte de su carrera. La vida fue muy dura con él porque, si bien desde pequeño mostró su talento musical, su padre, un músico de la corte de Colonia, quiso convertirlo a toda costa en un segundo Mozart. Pero lejos de tener el talento del padre de Mozart y siendo alcohólico, no pudo darle la educación musical adecuada y frustró la carrera de Ludwig como prodigio. Beethoven debe sufrir la ausencia de un ambiente familiar armónico, que le permita desarrollar su talento innato para la música y adquirir la adecuada formación cultural.
Los problemas siguieron cuando murió la madre en 1787 y su padre fue encarcelado por varios años, lo que obligó a Ludwig a hacerse cargo de los dos hermanos menores. A partir de 1792 se instala definitivamente en Viena, donde completará su formación musical con varios profesores, entre ellos F. J. Haydn, y por medio de lecturas y amistades alcanzará una cultura literaria.
Beethoven será siempre un ser pensante que, ante las dificultades de todo tipo que enfrenta, está convencido de que su misión es dedicarse a crear música innovadora del más alto nivel y luchará por ello toda su vida.
Su ascendente carrera en Viena como pianista y director de orquesta, comienza a verse amenazada en 1798 con las primeras señales de la más terrible enfermedad que puede llegar a sufrir un músico, la sordera. Sus continuos cambios de humor, son los signos externos de la dolencia que Ludwig oculta porque lo aterroriza. En 1802 se traslada por indicación médica a Heiligenstadt, un pequeño pueblo cercano a Viena, para tratar de frenar la sordera en un lugar tranquilo. Allí escribe una conmovedora carta a sus hermanos, donde transmite su desesperación ante la sordera y sus pensamientos suicidas, a los que renuncia porque como escribe
“solo el arte me sostuvo, ah, parecía imposible dejar el mundo hasta haber producido todo lo que yo sentía que estaba llamado a producir”
Vale la pena leer la carta completa, conocida luego como “Testamento de Heiligenstadt” en el siguiente link:
http://www.iesdonbosco.com/data/musica/testamento_beethoven.pdf
Cómo se gestó la Novena Sinfonía?
Recurro al diagrama que lo explica en la excelente obra de Jean y Brigitte Massin: “Ludwig van Beethoven”
Como vemos, esta obra tan importante y compleja no surgió de un rapto de inspiración. Fue el resultado de un largo trabajo hasta encontrar el adecuado encuentro entre la melodía proveniente de un lied (canción) de probable origen folklórico, con la poesía de Friederich Schiller (1759-1805). Este notable dramaturgo, poeta y filósofo alemán escribió la Oda a la Alegría en 1785, en los años en que se difunden las ideas de la Ilustración, impulsando la Razón, la Humanidad y la Libertad, en lucha con el Absolutismo Monárquico vigente en Europa.
Beethoven, que desde joven comparte estas nuevas ideas, conoce la Oda a la Alegría y desde 1792 quiere asociarla con su música, lo que recién ocurrirá unos 32 años más tarde.
Hay una leyenda según la cual el nombre original de la poesía era Oda a la Libertad (Freiheit en alemán) y Schiller lo reemplazó por Oda a la Alegría (Freude en alemán), por temor a la férrea censura de su tiempo.
La otra gran innovación de Beethoven fue incluir la voz humana en una sinfonía. Ya en 1808, en un formato más reducido, estrena la Fantasía para piano, orquesta y coro en Do mayor Op. 80, que comienza con el piano y la orquesta, para luego finalizar con la participación del coro y solistas. Beethoven consideró que la gran obra que su genio iba a legar a la Humanidad necesitaba, además de una gran orquesta, la voz humana transmitiendo un mensaje de un gran poeta como Schiller.
Recién en los años previos a su estreno en 1824, confluyen estas grandes ideas en su obra sinfónica de mayor extensión (algo más de una hora). Beethoven utiliza una parte de las estrofas originales de Schiller y agrega una frase introductoria como puente para, tras desechar los dramáticos temas de los tres primeros movimientos, dedicar la última parte de la sinfonía a un mensaje de alegría y hermandad entre todos los seres humanos.
La Sinfonía N°9 en Re menor fue estrenada en un concierto en Viena el 7 de Mayo de 1824, diez años después que la Sinfonía N°8. Había una gran expectativa por escuchar una nueva sinfonía de Beethoven después de tanto tiempo y la sala está llena. Beethoven, completamente sordo, sigue la obra con la partitura mientras otro dirige la orquesta y coro. Al final el público estalla en estruendosos aplausos y le tienen que indicar a Beethoven que gire para ver el entusiasmo que no puede escuchar y así poder agradecer los aplausos. Será su última presentación pública, ya que las continuas dolencias lo mantendrán recluido hasta su muerte en 1827.
Cómo está constituida?
La obra está constituida con cuatro movimientos o partes. Los tres primeros son puramente instrumentales, pero el cuarto movimiento, el más extenso, tiene un comienzo instrumental para luego recurrir a cantantes solistas y un coro mixto. Esto exalta fuertemente el mensaje de fraternidad universal del texto que Beethoven extrajo de la “Oda a la alegría” de Schiller. Al no ser exactamente el texto original, se lo suele llamar “Himno a la alegría”.
Primer movimiento (allegro ma non tropo, un poco maestoso)
La obra comienza en forma trágica, con sombríos acordes que, de alguna manera, nos recuerdan el dramatismo del comienzo de la Quinta Sinfonía. Si bien desde lo formal el desarrollo no se aparta de la tradición, lleva lo dramático al límite, sólo permitiendo breves momentos de claridad.
Segundo movimiento (molto vivace-presto)
Beethoven altera el orden tradicional colocando un Scherzo, un ritmo de danza como segundo movimiento. Es una danza de tono fuertemente dramático, que por momentos suena a demoníaco. Los fuertes golpes de timbal refuerzan lo trágico y lo vertiginoso de su desarrollo crea un clima muy especial de tensión.
Tercer movimiento (adagio molto cantabile-andante moderato)
La serenidad y melancolía de este movimiento es interrumpida por el sonido de la trompeta, que genera inquietud y perturba el desarrollo. El final del tercer movimiento conecta sin interrupción con la fuerte disonancia que inicia el cuarto movimiento.
Cuarto movimiento
Es de una extraordinaria complejidad, porque en él Beethoven quiere transmitirnos un mensaje. Debemos desechar los tonos sombríos de los tres primeros movimientos y abrazar la alegría del encuentro de todos los seres humanos.
Para ello hay una primera parte puramente instrumental en la que la orquesta evoca los temas de los anteriores movimientos y los desecha uno a uno por medio de los potentes tonos de los contrabajos. Recién ahí comienza a elevarse desde los graves de la orquesta el famoso tema, que va creciendo en intensidad hasta desplegarse con la orquesta a pleno en una serie corta de variaciones.
Se repite la fuerte disonancia del comienzo del movimiento y acá Beethoven nos transmite la idea de que para ser totalmente claro en su mensaje, necesita sumar la voz humana a la orquesta. Para eso recurre a un cuarteto de solistas (soprano, mezzosoprano, tenor y barítono) y un coro mixto. Antes de iniciar el Himno a la alegría y como un puente, Beethoven escribe una frase que será presentada por el barítono:
¡Oh amigos, no esos tonos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!
Comienza aquí el despliegue de los versos de Schiller en distintas configuraciones, con intervención de los solistas y el coro, lo que le da fuerza y magnificencia al mensaje.
Continúa una marcha victoriosa que comienza con la orquesta en un crescendo y el tenor que entona:
Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria
A lo largo del extenso movimiento hay varios momentos en que la música acompaña perfectamente lo expresado en la poesía:
¡Sean abrazados Millones!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.
En la parte final del movimiento Beethoven no escatima recursos para alcanzar un final apoteótico, digno de una obra de tal envergadura.
Les dejo aquí el texto completo en español
Solo de barítono
¡Oh amigos, no esos tonos!
Entonemos otros más agradables y
llenos de alegría.
¡Alegría, alegría!
Solo de Cuarteto de voces y Coro
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.
Quien logró el golpe de suerte,
de ser el amigo de un amigo.
Quien ha conquistado una noble mujer
¡Que una su júbilo al nuestro!
¡Sí! que venga aquel que en la Tierra
pueda llamar suya siquiera un alma.
Pero quien jamás lo ha podido,
¡que se aparte llorando de nuestro grupo!
Se derrama la alegría para los seres
por todos los senos de la Naturaleza.
todos los buenos, todos los malos,
siguen su camino de rosas.
Ella nos dio los besos y la vid,
y un amigo probado hasta la muerte;
Al gusanillo fue dada la Voluptuosidad
y el querubín está ante Dios.
Solo de Tenor y Coro Masculino
Alegres como vuelan sus soles,
A través de la espléndida bóveda celeste,
Corred, hermanos, seguid vuestra ruta
Alegres, como el héroe hacia la victoria.
Coro
¡Sean abrazados Millones!
¡Este beso al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
Debe habitar un Padre amante.
¿Os postráis, Millones de seres?
¿Mundo, presientes al Creador?
Búscalo por encima de las estrellas!
¡Allí debe estar su morada!
Coro
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Penetramos ardientes de embriaguez,
¡Oh celeste, en tu santuario!
Tus encantos atan los lazos
que la rígida moda rompiera;
y todos los hombres serán hermanos
bajo tus alas bienhechoras.
¡Alegría, bella chispa divina,
hija del Elíseo!
¡Alegría, bella chispa divina!
Legado
Si bien la sinfonía fue muy bien recibida en su estreno, no dejó de despertar críticas de analistas que no podían comprender la utilización de la voz humana en una obra sinfónica o la complejidad del mensaje. Pero los grandes músicos del Romanticismo Musical la valoraron, y la tomaron como punto de partida para sus propias obras. Así músicos de la talla de Liszt, Brahms, Dvorak o Mahler adoptaron el estilo grandioso pero lleno de contenido de la Novena.
También la obra ha sido usada políticamente, durante oscuros períodos de la Humanidad como la Segunda Guerra Mundial. Así Arturo Toscanini la programó con frecuencia como parte de su postura antifascista. Por otro lado se la ejecutó para agasajar a Hitler en su cumpleaños.
Más recientemente, luego de la caída del Muro de Berlín, una orquesta con músicos de las dos Alemanias la interpretó en Berlín en un arreglo en el que se reemplazó Alegría (Freude) por Libertad (Freiheit).
Desde 1985 el tema del cuarto movimiento, en un arreglo de Herbert von Karajan, se convirtió en el Himno de la Unión Europea.
La partitura original de la sinfonía, se inscribió en el año 2001 en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO, como uno de los documentos que forman parte del Legado Espiritual de la Humanidad.
Ludwig van Beethoven fue un músico que afrontó en su vida dificultades, que a personas normales los habrían hecho desistir de su carrera. Tuvo una infancia muy dura, no pudo casarse con varias mujeres a las que amó, pero que lo rechazaban por diferencias de clase social y lo más grave para un músico, quedarse sordo a tempana edad. Pero Beethoven era un ser extraordinario, con una férrea voluntad, y consciente de que tenía en su mente música valiosa para legar a la Humanidad. Por eso siguió luchando hasta el final y unos pocos años antes de irse, nos dejó este monumento musical de la Novena Sinfonía, para que la escuchemos, la disfrutemos y nos haga mejores personas.
Recomendación: para poder apreciar plenamente esta obra, les pido que lo hagan con el mejor sonido que dispongan, y por lo menos el cuarto movimiento escúchenlo más de una vez. Beethoven lo merece.
12 Comments
Hermosa forma de homenajear a un grande luego de un estudio profundo de su obra. Nuevamente gracias por introducirnos a tu mundo
Gracias a vos julio por tu comentario
Buenisimo analisis tan completo y meduloso me instruyo, muchas gracias Jorge
Muchas gracias Leo por tus palabras
Estimado Jorge, muchas gracias por este análisis de la monumental obra de Beethoven, un placer leer y escuchar la Novena Sinfonía.
Muchísimas gracias Analía por el comentario
Deslumbrada por tu generosidad y sabiduría, Jorge. Hermoso regalo para tus seguidores.
No puedo olvidar que La oda a la alegría de la Novena, fue ejecutada en los campos de concentración nazis y en otras ocasiones y sitios nefastos, desviando la intencionalidad del brillante autor de la sinfonía y de Schiller. Gracias!
Lamentablemente muchas veces las obras de arte son usadas en un sentido contrario al que le dio su creador. Muchas gracias Silvia por tus palabras que valoro tanto.
Hola querido Jorge, qué más puedo decirte: MUCHAS GRACIAS!!!
Mi agradecimiento es para vos, Jorge
El ilustre Daniel Barenboim esplendoroso disfrutando del gran Beethoven con su West-Eastern Divan. Excelente!!!
Comparto tu apreciación. Gracias