Continuando hacia el Sur el recorrido por la maravillosa Cordillera de las Andes (ver los episodios 1 y 2), llegamos a las provincias de Catamarca y La Rioja. En este tercer episodio de la serie nos concentraremos en la provincia de La Rioja.
La ocupación del territorio durante la Conquista Española se basó en la fundación de ciudades y, en el caso de esta provincia, el fundador de la primera ciudad (en 1591) fue Juan Ramírez de Velasco, nativo de la región de La Rioja (España). Si bien el nombre original fue “Ciudad de todos los santos de la Nueva Rioja”, en la práctica se convirtió en La Rioja y terminó siendo también el nombre de toda la provincia.
La Rioja está situada en el Noroeste del territorio argentino (ver mapa), en el límite con Chile, entre las provincias de Catamarca al Norte y San Juan al Sur. Su territorio se caracteriza por los contrastes entre zonas llanas áridas con escasa población, valles donde, pese a la escasez de agua, se han desarrollado cultivos de vid y de olivos y los casi desiertos pero imponentes valles vecinos a la alta cordillera. Esto se traduce en una baja densidad de población (4,28 hab/Km2) comparado con la media nacional (16,63 hab/Km2). Esto se explica en gran medida por la escasez de agua para riego, ya que la provincia depende de los pequeños ríos que descienden de las altas montañas como producto de los deshielos. Actualmente, con el uso de técnicas conservacionistas, como riego por goteo, se ha podido ampliar la superficie cultivada. También se ha ampliado la oferta turística, particularmente en la zona de Talampaya y Chilecito.
A la llegada de los españoles el territorio estaba poblado por los diaguitas, agricultores sedentarios que, en pequeños grupos, aprovechaban para cultivar el suelo fértil alrededor de los pocos cursos de agua. Esta región había sido recientemente integrada al Imperio Inca y, el famoso Camino del Inca pasaba por el valle de Famatina. Durante el siglo XVII ocurren, como en el resto de la región, las Guerras Calchaquíes entre los españoles y los pueblos originarios que terminan diezmando y dispersando a los diaguitas. Así como Jujuy, Salta y Tucumán estaban conectadas por el Camino Real que comunicaba el Alto Perú con el puerto de Buenos Aires, La Rioja estaba a un costado. Esto probablemente influyó para que los riojanos desarrollaran una fuerte identidad local y un conservadurismo que se mantuvo a través del tiempo.
Los riojanos se comprometieron con el resto del país durante el período de la independencia argentina (1810-1822), proveyendo tropas y provisiones para los ejércitos libertadores. Pero las medidas liberales que promovía el gobierno de Buenos Aires, fueron rechazadas por la visión conservadora e independiente de los riojanos. Esto dio lugar a luchas entre las tropas riojanas (montoneras) lideradas por Juan Facundo Quiroga, Vicente Ángel (“Chacho”) Peñaloza y Felipe Varela que se extendieron entre 1826 y 1867. Pacificado el país, se inicia un proceso de organización nacional que se ve reflejado en todas las provincias. A diferencia de la Ciudad de Buenos Aires y del resto de las provincias, La Rioja recibió una parte mínima del gran flujo inmigratorio proveniente de Europa entre 1880 y 1950, llegando los mayores grupos de inmigrantes de Siria y el Líbano.
Ciudad de La Rioja
El Centro de la ciudad, como es habitual, está organizado a partir de la Plaza 25 de Mayo, donde encontramos la Casa de Gobierno y la Catedral.
Muy cerca de allí está el interesante Paseo Cultural Castro Barros, construido dentro del señorial edificio de la Escuela Normal de Maestros.
En uno de los bordes de la ciudad se levanta el moderno Parque de la Ciudad, con actividades deportivas y de esparcimiento.
Parque Nacional Talampaya
La visita a Talampaya, posiblemente la mayor atracción turística de la provincia, nos permite apreciar paisajes espectaculares y a la vez asomarnos a un pasado de nuestro planeta, de nada menos que entre 250 y 200 millones de años (período triásico).
Este parque fue reconocido en el año 2000 como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad. Tiene una superficie de 213800 Ha y su importancia arqueológica y paleontológica, radica en que se han encontrado en él huellas de presencia humana de hace unos mil años atrás, y fósiles de animales del período triásico.
Más allá del interés académico, emociona caminar por el cañón del río Talmpaya junto a paredones de piedra rojiza de más de 100 m de altura. Resulta impactante vernos en ese espacio inmenso y con tanta historia detrás
El recorrido por Talampaya sólo se puede hacer con los vehículos y guías de la empresa que tiene la concesión. Hay distintas alternativas de recorrido, con distintas duraciones y experiencias de viaje. Las instalaciones en la entrada al parque brindan servicios e información adicional.
La posibilidad de adentrarse en los orígenes de los primeros pobladores americanos es muy atrayente. Basta ver las pinturas rupestres, urnas funerarias y morteros colectivos de los diaguitas que poblaron este lugar, para imaginarnos de alguna manera cómo pudo haber sido su vida.
A través de la erosión provocada por el viento, la lluvia y el río Talampaya, se fue esculpiendo un paisaje que nos maravilla por su imponencia, su color intenso y las formas que vamos descubriendo.
Villa Unión
Es una pequeña población rodeada de viñedos que sirve como base para visitar el Parque Nacional Talampaya, y también Laguna Brava junto a la Cordillera de los Andes.
Laguna Brava está a 183 Km de Villa Unión. Este dato no impresiona pero, si se lo combina con la diferencia de altitud, empezaremos a entender que se trata de una excursión muy exigente para los que estamos habituados a vivir a nivel del mar. Mientras Villa Unión se encuentra a 1171 msnm, Laguna Brava está a 4230 msnm. Este es el motivo por el que me desaconsejaron, teniendo en cuenta mi edad, hacer esta excursión. Pero como por lo que leí y vi en imágenes es un lugar muy atractivo, he decidido contarles de qué se trata.
La Laguna Brava tiene 17 Km de largo por 3 Km de ancho, es de agua salina y posee una rica fauna acuática de flamencos blancos y rosados y patos de varios tipos. En tierra se pueden ver guanacos, vicuñas y, excepcionalmente zorros y pumas.
El camino desde Villa Unión es también muy atractivo.
Chilecito
El surgimiento de la Cordillera de los Andes provocó la formación de cadenas montañosas con orientación Norte-Sur, paralelas a los Andes. En La Rioja se encuentra uno de las más destacadas, la Sierra de Famatina, que incluye la montaña más alta de América fuera de los Andes, el Cerro General Belgrano de 6200 msnm.
Pero para llegar desde Villa Unión hasta Chilecito, debemos recorrer un tramo de la icónica ruta 40, que nos brinda hermosos paisajes en la llamada Cuesta de Miranda.
Llegamos así al Valle de Famatina, un importante centro de producción frutícola con viñedos, olivares, nogales (nueces) y jojoba. La fertilidad del suelo está sustentada en los pequeños ríos que descienden de las cumbres nevadas y el aprovechamiento de ríos subterráneos.
Chilecito es la segunda ciudad más poblada de La Rioja, después de la Capital provincial. Sus orígenes son muy antiguos, ya que los Incas establecieron allí un emplazamiento para administrar la extracción de oro y plata de la Sierra de Famatina.
A principios del siglo XX, Chilecito adquirió renombre por la construcción de un extenso cablecarril para transportar el mineral de la Mina La Mejicana desde los 4600 msnm hasta la base, junto a la estación del ferrocarril, a 1075 msnm, con un recorrido total de 35 Km. El cablecarril se inauguró en 1905 y la empresa funcionó hasta 1926. Hoy se ha convertido en un atractivo turístico-arqueológico.
En los últimos años se ha habilitado un camino que recorre el Cañon del Ocre. Se trata de una excursión con vehículos 4×4 que asciende la montaña junto a un río de color ocre. El suelo es rico en diversos minerales que colorean la montaña, recordándonos los bellos paisajes de Salta y Jujuy.
Aimogasta
La zona no ofrece atractivos naturales, ya que allí llegan sólo las últimas estribaciones de la Sierra de Velasco. Sin embargo Aimogasta, conocida como la Capital Nacional del Olivo, se ha destacado por la gran producción de aceitunas y aceite de oliva y su destacada calidad de la variedad Arauco. Además es el mayor productor de jojoba y su aceite, de amplia aplicación en cosmética y cuidado personal. Su clima árido y caluroso con escasas lluvias, no fue obstáculo para convertir a Aimogasta en una de las principales ciudades de La Rioja.
A unos 25 Km de Aimogasta en dirección Sur por la ruta 75, se encuentra el pintoresco Castillo de Dionisio. Es el resultado del trabajo a lo largo de 30 años de Dionisio Aizcorbe, un personaje solitario que supo concretar su sueño y hoy está accesible para el público.
Creo que La Rioja es una provincia desconocida para los extranjeros, y poco conocida y valorada aún para los argentinos. Hay diversas razones para explicar esto. Algunas son atribuibles a los mismos riojanos que no han hecho lo suficiente para difundir sus bellezas, mejorar la infraestructura de alojamiento y la conectividad con las grandes ciudades. En algunos casos puede ser el ancestral aislamiento y conservadurismo de la población, que no quiere ver alterada su tranquilidad. Y hasta puede haber razones políticas.
Me parece que tanto argentinos como extranjeros pueden y deben disfrutar de estos bellos paisajes. Espero haber contribuido con un granito de arena para ello.
6 Comments
Siempre mejorandp cada descripcion. Un La Rioja oculto y matavillosa muestra de una Provincia escondida
Muchas gracias Julio por tus palabras
Bellezas escondidas de nuestra tierra.Gracias Jorge.
Muchas gracias Carlos por tu comentario
Muy interesante Jorge, desconocido para mi, vamos a agendar una visita a toda la region, gracias
Muchas gracias Leo por tu comentario