Cuando uno llega a Budapest hay varias cosas que llaman la atención. Una es que el nombre de la capital de Hungría parece la suma de dos ciudades, Buda, en la margen derecha del Danubio y Pest en la margen izquierda (en realidad surge en 1873 de la unión de tres ciudades independientes: Óbuda, Buda y Pest). Otra es el extraño idioma que hablan sus habitantes, el húngaro, una lengua ugrofinesa que sólo se vincula con el finés y el estonio (afortunadamente en su culta capital no hay dificultad para comunicarse en inglés). El tercer motivo de sorpresa es su esplendor, que nos habla de su pasado glorioso y de la voluntad de un país para sobreponerse a las desventuras que le tocó vivir en la mayor parte del siglo XX.
Como suele suceder, podemos encontrar respuestas a estas singularidades repasando brevemente la historia de Hungría.
Hacia el año 895 un grupo de siete tribus liderado por el jefe militar Árpád, que se hacían llamar magiares, provenían de los Montes Urales y hablaban una lengua ugrofinesa, se establecen en lo que hoy es Hungría. En su avance hacia Occidente chocan con los reinos germánicos y finalmente alcanzan un acuerdo, para crear hacia el año 1000 un reino cristiano con Esteban (István) I, tataranieto de Árpád, como rey de Hungría.
Con distintas dinastías transcurre un período de florecimiento económico y expansión territorial y militar. En la segunda mitad del siglo XV Matías Corvino convirtió a Hungría en una potencia de Europa Central, y logró contener a los turcos que amenazaban ocupar su territorio. Este período dorado llega a su término en 1526 con la derrota de los húngaros frente a los turcos, quedando Hungría dividida y pasando a depender de los Habsburgo.
La poderosa nobleza húngara se resistía al dominio centralista de los Habsburgo desde Viena y surgieron numerosas rebeliones, que frecuentemente eran reprimidas por la fuerza. En 1867 se crea la Monarquía Dual con Austria (el Imperio) y Hungría (el Reino), con dos capitales Viena y Budapest y dos Parlamentos. Esto dio lugar a un nuevo período de florecimiento económico y cultural que tuvo un punto culminante en 1896, cuando celebraron los 1000 años de la llegada de los magiares a la actual Hungría. Gran parte de los edificios notables que vemos hoy en Budapest se construyeron para esta ocasión.
Hungría es derrotada en la Primera Guerra Mundial y sufre catastróficas consecuencias: como resultado del Tratado de Trianón de 1920 pierde un 70% de su territorio y la mitad de su población queda en los nuevos países creados tras la guerra: Rumania, Checoslovaquia y Yugoslavia. El período de postguerra es de una gran inestabilidad debido a la gran desocupación, alta inflación, resentimiento por la ocupación y la pérdida de territorios y se suceden gobiernos que no logran consolidarse. En 1919, a causa de la radicalización obrera e inspirada por la Revolución Soviética, los comunistas toman el poder y se proponen estatizar la industria y eliminar la propiedad privada, pero son derrotados y en 1920 surge un gobierno bajo el Almirante Horthy. Se desata una fuerte represión hacia los que apoyaron el gobierno comunista y Hungría comienza a buscar en Italia y Alemania el apoyo para recuperar los territorios perdidos. En 1941 Hungría le declara la guerra a la Unión Soviética y se une a las potencias del Eje, vuelve a apostar por el bando perdedor y deberá sufrir las consecuencias. En 1944 Hitler obliga a renunciar a Horthy y lo reemplaza por un húngaro pronazi, que implementa las leyes raciales y deporta a los campos de concentración a 450000 judíos húngaros. Cuando las tropas soviéticas llegan a Budapest, se produce la mayor batalla de su historia, con enormes pérdidas civiles y la destrucción de buena parte de la ciudad.
Una nueva etapa se inicia cuando tras la guerra los comunistas acceden al poder para crear en 1949 la República Popular de Hungría. En 1956 se producen protestas estudiantiles que buscan lograr una mayor apertura económica y social, pero la revolución es sofocada por la llegada del ejército soviético y una brutal represión. Finalmente en 1989, con la caída del bloque soviético, Hungría se une claramente a Occidente y vuelve a tener un florecimiento económico y cultural. Como pudimos comprobar Hungría tuvo una historia muy complicada y con muchos vaivenes.
Con esta información en nuestra mente, vayamos a conocer la bella Budapest. Como suele suceder, hay más lugares interesantes de los que uno puede razonablemente abarcar en el tiempo disponible, por lo que sólo elegiré los que me dejaron una impresión más perdurable.
De entrada Budapest tiene un punto a favor por ser surcada por un río, y nada menos que por el famoso Danubio, que aunque no sea tan azul como nos contó Johann Strauss (h), no deja de ser uno de los ríos más importantes de Europa. En su largo viaje (2850 Km) desde sus fuentes en la Selva Negra (Alemania) hasta su desembocadura en el Mar Negro recorre diez países, entre ellos Hungría y es el nexo entre Buda y Pest para conformar Budapest. Caminando por sus orillas se tienen hermosas perspectivas, especialmente cuando nos acercamos a su puente más antiguo y bello, el “Puente de las Cadenas o Puente Széchenyi”.
Llama también mucho la atención que la margen derecha del río (Buda) tenga colinas arboladas y casas con jardines mientras la margen izquierda (Pest) es una ciudad densamente poblada con bellos edificios, sobre un suelo plano hasta donde alcanza la vista. Una bella forma de apreciar todo esto es con un paseo en barco por el Danubio, observando ambas orillas y también la isla Margarita.
Comencemos por Buda que contiene algunos de los sitios históricos más importantes. El Castillo de Buda fue construido en el siglo XIV, como una fortaleza para proteger Buda de las invasiones y fue sucesivamente reformado en los siglos XVIII y XIX hasta a su tamaño y aspecto actual.
Desde Buda se observan hermosas vistas del Danubio con sus puentes, el Parlamento y Pest. Uno de los puntos de observación es el llamado Bastión de los Pescadores, un conjunto arquitectónico, construido a principios del siglo XX, de murallas y torrecillas.
Otro monumento importante en Buda es la Iglesia de Matías, llamada así por el rey Matías Corvino. Se comenzó a construir en el siglo XIII y allí fueron coronados varios reyes y durante la conquista turca fue transformada en mezquita. Tuvo varias modificaciones y debió ser reconstruida luego de la Segunda Guerra Mundial, luciendo hoy plenamente.
Yendo ahora a Pest, la parte más mundana y comercial de la ciudad, hay muchos lugares interesantes para ver y conviene, de acuerdo a los gustos y posibilidades, combinar caminatas con transporte público o los micros turísticos. Hay una red muy extendida de tranvías y metro. Una de las líneas del metro, la M1 (amarilla) es la segunda línea más antigua de Europa (inaugurada en 1896) y conserva vagones muy antiguos.
Un recorrido muy atractivo es la avenida Andrássy de 2,5 Km que une el Centro con el gran parque de la ciudad Városliget. En el recorrido vemos innumerables palacetes y edificios que reflejan el esplendor del período entre 1867 y 1914. La avenida termina en la Plaza de los Héroes, un centro de reuniones multitudinarias y está el Monumento del Milenario que rinde homenaje a la llegada de los siete jefes magiares encabezados por Árpád en el año 896.
A un costado se encuentra el Museo de Bellas Artes con interesante colección de pintura europea.
Otra visita imprescindible es ir al Parlamento Húngaro. Es un impactante edificio que combina el neogótico con el renacentista y por su tamaño es el segundo en Europa. Nuevamente, fue construido entre 1885 y 1902, un período en el que se embelleció la pujante Budapest. La fachada principal da directamente al Danubio y para conocer su magnífico interior hay que hacer una visita guiada.
Cerca del Parlamento se encuentra un conmovedor monumento que recuerda a las víctimas del gobierno fascista de Hungría, a cargo del Partido de la Cruz Flechada, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Miles de personas (la mayoría judíos húngaros) fueron ejecutadas por paramilitares de la Cruz Flechada junto al Danubio, haciéndoles quitar los zapatos y disparándoles para que sus cuerpos caigan al río. Los zapatos de bronce son el mudo recordatorio de la terrible tragedia.
Un aspecto notable y diferenciador de Budapest es que está asentada sobre una región de aguas termales, y varias de esas fuentes alimentan lo que constituye toda una institución: los baños termales. Los romanos construyeron baños termales en los primeros siglos de nuestra era y esto fue perfeccionado por los turcos durante su período de dominación. Si bien aún se usan baños construidos por los turcos en 1566, los más grandes y populares son los llamados Gellért (1934) y Széchenyi (1913). Son muy populares, tanto entre los locales como entre los turistas.
Otro motivo de disfrute es concurrir al Mercado Central, también casualmente construido hacia fines del siglo XIX y que, al estilo de la época, utiliza una gran estructura metálica combinada con vidrio para aprovechar la luz natural. El mercado es muy utilizado por los habitantes locales y también por los turistas que compran souvenirs, prueban platos húngaros (como el goulash) o simplemente disfrutan del colorido y el movimiento.
Siguiendo con la gastronomía es recomendable probar la repostería húngara y para ello un lugar exquisito es el Café Gerbeaud, uno de los más elegantes y tradicionales.
La tolerancia religiosa promovida por la Emperatriz María Teresa motivó que muchos judíos de distintos lugares de Europa Central se instalaran en Hungría, en particular en Budapest. Al tener acceso a la educación universitaria, hacia fines del siglo XIX pasaron a constituir una parte importante de la sociedad húngara, integrándose sin demasiados problemas. Un reflejo de este período son la Sinagoga Ortodoxa de la calle Rumbach y la Gran Sinagoga de la calle Dóhany. Esta última es la más grande de Europa y está llamativamente construida en un estilo neoárabe.
A partir de 1920 comienza un período de progresivas restricciones y persecución de la población, con leyes discriminatorias que se agravarán a partir de la alianza de Hungría con la Alemania nazi. El resultado será la matanza de más de 600000 judíos en Hungría y en los campos de concentración. En Budapest hay monumentos dedicados al cónsul de la Embajada de Suecia, Raúl Wallenberg y al enviado suizo Carl Lutz, que ayudaron a salvar a decenas de miles de judíos, mediante el otorgamiento de visas especiales.
Los húngaros se han destacado también en la música, con grandes creadores como Franz Liszt (1811-1886), Franz Léhar (1870-1948), Bela Bartok (1881-1945) o Zoltan Kodaly (1882-1967) y grandes intérpretes como György Cziffra, Andras Schiff, János Starker, György Széll, Antal Dorati, György Solti, Iván Fisher, etc.
Franz (Ferenc) Liszt fue un notable músico del Romanticismo, que supo combinar una fuera de lo común habilidad pianística con su creatividad como compositor. En el siglo en que vivió fue considerado el mejor pianista de Europa y sus conciertos enfervorizaban a sus admiradores, como si se tratara de una estrella del rock. Fue un niño prodigio que, tal como el pequeño Mozart, recorría con su padre las cortes europeas dando conciertos con gran éxito y manteniendo a la familia con sus ingresos. Liszt tuvo una vida muy intensa, con viajes, giras de concierto, grandes amoríos con damas de la nobleza (generalmente casadas), períodos de introspección religiosa, con la innovación en la técnica pianística y la composición de una importante obra especialmente, aunque no exclusivamente, orientada al piano. Les quiero dejar un par de videos como muestra de su genio.
En el corazón de Europa del Este, Budapest, una ciudad que ha tenido siempre menos prensa que sus cercanas Viena y Praga, bien merece una visita para descubrir su historia y sus encantos.
18 Comments
Querido Jorge, pude recordar gracias a tu relato mi viaje a Budapest hace ya tantos años que recordar no quiero.
Muchas gracias por tu relato, por las fotos y la música.
Delia
Mi agradecimiento a vos Delia por tu comentario
Joyas arquitectónicas de comienzos del siglo pasado. Gracias Jorge.
Muchas gracias Carlos
Hermoso relato, como siempre, completo en todos los aspectos, tuvimos la suerte de recorrer gran parte de lo que contas,
el interior de la sinagoga es magnifico, y recuerto un cafe famoso, creo New York, o es el mismo Gerbead, viajamos en la
decada del 90 y tal vez cambio el nombre, muy parecido a Las Violetas de aca, gracias Jorge
Muy bellos recuerdos. Muchas gracias Leo
Acostumbrada a la excelencia de tu blog, tal vez no dimensiono en cada entrega la importancia de recuperar lugares visitados cuya información tuve y que, como suele suceder a lo largo de una vida, se deshilacha y solo nos ofrecen intactas las cosas que nos hicieron felices o infelices, tal es el caso de los dramáticos zapatos de bronce y ese puente llamado de las cadenas sobre el que sobrevuela la imagen romántica heredada de una película que vi de adolescente: Sissi. Liszt es uno de mis músicos preferidos, y es un plus que agradezco. Creo, si la memoria no me falla, que en la gran sinagoga había un sauce llorón de metal, monumento donado por un actor norteamericano de ascendencia judía y húngara( T. Curtis?) cuya familia había sido masacrada por las leyes raciales que Hungría, como la mayoría de los países de Europa, adoptó alegremente. Nuevamente, muchas gracias por regalarnos este espacio cultural.
Silvia tenés razón y frente a la Gran Sinagoga hay ese sauce con hojas metálicas que tienen inscriptas el nombre de las víctimas. Muchísimas gracias por tus palabras.
Recién lo termine de leer y descubrí cosas que no sabia además que me dieron ganas de volver…, pasear a la vera del Danubio, comer un Goulash, pasar el día en los baños termales Széchenyi o tomarme un café mirando el Parlamento.
Gracias Pablo por tu comentario. Ojalá puedas cumplir tu deseo
Gracias como todas las veces que agradezco las entregas.
Magnífico esfuerzo que recrea una magnífica semana en la ciudad.
La música e imágenes refrescan aún más potenciando el recuerdo.
Muchas gracias Julio por tus hermosas palabras
Omo hija y nieta de húngaros, disfruté mucho tu relato.
Muchas gracias Erika. Me alegra mucho que hayas disfrutado de la entrada.
Muy buena semblanza de Budapest, Jorge. Muchas gracias. La sección musical un verdadero plus, un lujo.
Gracias a vos Roberto.
Muy bueno tu relato, esperaba que te hubieras olvidado de algo para reprochártelo y no lo encontré. -:)
Raúl
No te di el gusto. Muchas gracias Raúl por el comentario.