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Moscú: una ciudad donde comunismo y capitalismo se dan la mano

Visitar la capital del país más extenso del mundo (unos 17 millones de Km2) tiene de por sí un gran atractivo. Un país que está, significativamente, en dos continentes y abarca de Este a Oeste once zonas horarias, en el que se hablan unos 100 idiomas y que posee enormes reservas energéticas, forestales y acuíferas.

Todo en Rusia es gigante y Moscú tiene una población de 12,48 millones de habitantes que viven en una gran extensión superficial, unos 2500 Km2. Esto da una densidad de población en Moscú de unos 5000 habitantes por Km2, que se compara favorablemente con los 14000 habitantes por Km2 que tiene la ciudad de Buenos Aires. Moscú tiene amplias avenidas y grandes parques, y en las afueras hay enormes edificios de departamentos que quedaron de la era soviética.

Siempre es atractivo visitar la capital de una potencia mundial, ya que uno se vincula en forma presencial con su Historia y con los logros de su inmenso poder. Es habitual que las glorias pasadas o presentes se manifiesten a través de palacios, monumentos o grandes obras civiles, que exhiben sus éxitos como potencia. Pero en el caso de Moscú hay, por lo menos para mi generación, un condimento adicional. Nosotros crecimos durante la Guerra Fría y la capital de una de las dos superpotencias que disputaron dicha guerra, tenía un gran significado simbólico. Si bien hay discusiones entre los historiadores sobre cuándo comenzó realmente la Guerra Fría, en general se acepta que comenzó al finalizar la Segunda Guerra Mundial y se extendió hasta la caída del Muro de Berlín a fines de 1989. En ese tiempo era habitual que en la mesa familiar, los pasillos de la Facultad o las reuniones de amigos, se discutiera acaloradamente las alternativas de la lucha que encabezaban la Unión Soviética y Estados Unidos y Moscú, como sede del poder soviético, era nombrada frecuentemente. En esa guerra nombrar al Kremlin y a la Casa Blanca era lo común para referirse a estos titanes en pugna, que actuaban desafiándose permanentemente y al mismo tiempo temiéndose. Esto resultó en una carrera armamentista que rápidamente pasó de las armas convencionales a las armas nucleares, haciendo crecer desproporcionadamente los presupuestos de defensa. Hubo períodos de mayor tensión como el Bloqueo de Berlín en 1948 o la Crisis de los misiles de 1962, y otros de distensión como la firma de los acuerdos de limitación de armas a mediados de la década de 1970.

De izquierda a derecha: Mariscal Malinovsky, Fidel Castro, N. Krushev y L. Breznev

De un lado de la “grieta” de ese entonces estaban los que soñaban con una sociedad igualitaria y veían con alegría que el comunismo se expandía por el mundo, además de contar con poderosos partidos políticos en Francia e Italia. Del otro lado de la “grieta” estaban los que veían a la Unión Soviética como un estado totalitario, fuertemente represivo y con escasos éxitos económicos, poniendo a Estados Unidos como modelo de democracia y crecimiento económico. La mayoría de los jóvenes, creía que el triunfo de las ideas de izquierda era sólo una cuestión de tiempo. Sin embargo, el tiempo mostró que la realidad era mucho más compleja y que, con el colapso de la Unión Soviética y el desmembramiento del bloque comunista surgió una nueva superpotencia, China, combinando una economía capitalista con un sistema de gobierno autocrático que se sigue llamando comunista.

La Guerra Fría fue una dura experiencia, aún para los que vivimos muy alejados de las superpotencias ya que, en muchos momentos de tensión, temimos el estallido de una guerra nuclear devastadora para todo el planeta. Incluso temíamos que esto pudiera ocurrir en forma no intencional, por un simple error (el desastre de Chernobyl es un buen ejemplo).

Volviendo a Moscú, impresiona saber que después de ser por muchos años la capital mundial del comunismo, hoy tiene una de las mayores concentraciones de multimillonarios del mundo. Basta recorrer la calle Tsverkaya o las Tiendas GUM, el shopping center construido en el siglo XIX, para descubrir que los moscovitas no se privan actualmente de ninguno de los lujos de Occidente. Algo que impacta mucho en Moscú es la convivencia de los lujos capitalistas con los símbolos de la era soviética.

Ministerio de Relaciones Exteriores

Todas las grandes ciudades tienen sitios emblemáticos que las representan. En el caso de Moscú ese sitio es la Plaza Roja, cuyo nombre, curiosamente, no tiene que ver con el rojo como símbolo del comunismo, sino que proviene de la Edad Media y en ese tiempo significaba bonita. Su gran tamaño (330 x 70 m) y los imponentes edificios que la rodean, además del masivo mausoleo de Lenin, provocan un gran impacto y de alguna manera reflejan el tamaño y poder de Rusia. Caminando por la plaza me vuelven a la memoria los desfiles militares del 1° de Mayo, con la plana mayor del gobierno y algunos invitados presidiendo el despliegue de los armamentos más poderosos de su tiempo.

Desfile del 1° de Mayo en la Plaza Roja (1961)

Pero la Plaza Roja es mucho más que esos amenazantes recuerdos. Es también la colorida catedral de San Basilio, otro símbolo de Moscú, el muro del Kremlin, sede del poder ruso que además guarda muchos tesoros en su fortaleza, las tiendas GUM, que lucen todo su esplendor, la catedral de Kazán, etc, etc.

Catedral de San Basilio
Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja

Uno puede pasar muchas horas vagando por la Plaza Roja, viéndola desde distintos ángulos, en distintos momentos, con más o menos gente y a pesar de ello uno tiene ganas de volver. El amplio espacio libre que brinda la plaza es ideal para actividades que convocan mucha gente. Es por eso que muchas veces está cercada o con gradas. Para borrar las imágenes sombrías, qué mejor que escuchar allí una tradicional canción rusa por dos de sus mejores cantantes.

«Noches de Moscú»: canción tradicional rusa por Anna Netrebko y Dimitri Hvorostovsky

El Kremlin de Moscú es un conjunto de cuatro palacios y cuatro catedrales rodeados por una muralla de 2,25 Km de longitud que contiene 18 torres, lo que le da un aspecto imponente.

Muralla que rodea al Kremlin

Desde la Revolución Rusa de 1917, al decidirse que Moscú volviera a ser la capital, se convirtió en la sede de la Presidencia y del Senado de Rusia. Dentro del Kremlin es interesante visitar el Museo de la Armería, para ver la colección de objetos valiosos que incluye la Corona Imperial, joyas de los zares, tronos, carruajes, obras de arte y una de las mayores colecciones de huevos de Fabergé. Son también impactantes las catedrales con sus cúpulas doradas.

Museo de la Armería: carruaje imperial
Museo de la Armería: Huevo de Fabergé
Catedrales del Kremlin

Continuando con los edificios que rodean la Plaza Roja, vale la pena visitar las tiendas GUM, actualmente un shopping center.

Interior de las Tiendas GUM

Una iglesia ortodoxa rusa que merece ser visitada es la Catedral de Nuestra Señora de Kazán, allí uno puede apreciar las diferencias con las iglesias de rito católico o las diversas ramas del protestantismo. En realidad lo que se visita es una reconstrucción realizada entre 1990 y 1993, ya que la original que databa del siglo XVII fue demolida por orden de Stalin en 1936, que no quería que hubiese iglesias alrededor de la Plaza Roja (por suerte lograron salvar la de San Basilio).

Catedral de Nuestra Señora de Kazán

Si queremos ver “palacios”, Moscú los tiene también subterráneos (muchos de ellos a gran profundidad). Se trata de muchas estaciones del Metro que fueron pensadas como un “palacio para uso diario de los trabajadores”. El sistema tiene una longitud total de 365 Km con 230 estaciones, pero hay un grupo de estaciones que son una verdadera atracción turística y merecen ser visitadas. Parte de la decoración cumplía un fin propagandístico, y es interesante verla hoy como recuerdo de una época.

Estación del Metro
Homenaje a Lenin en una estación del Metro

Volviendo a la superficie, hay distribuidos en distintos lugares de Moscú unos monumentales edificios conocidos popularmente como “Las 7 hermanas”. Es muy interesante la historia de estos edificios. El proyecto comenzó en la década de 1930, posiblemente influido por los grandes rascacielos que se construyeron en esos años en New York (Chrysler y Empire State). El plan original era construir ocho edificios para conmemorar los 800 años de Moscú. El mayor de todos sería el Palacio de los Soviets, a ser emplazado en el predio donde se levantaba la Catedral de Cristo Salvador, demolida en 1931 por decisión de Stalin. Este edificio superaba en dimensiones a los más altos de ese entonces (415 m de altura con una estatua de Lenin de 100 m en su coronación). El comienzo de la Segunda Guerra Mundial postergó las obras hasta los años ´50 y finalmente se construyeron los siete que se ven hoy día, con alturas que van de 133 a 240 m. La más grande de las hermanas es la de la Universidad Estatal de Moscú y hay dos destinadas a hoteles, tres a edificios de vivienda y el restante lo ocupa el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Universidad Estatal de Moscú (una de «las 7 hermanas»)

Sobre los cimientos del Palacio de los Soviets, se construyó en 1958 una enorme piscina al aire libre (la más grande del mundo). Pero la historia no termina en la piscina, porque entre 1995 y 2000 se vuelve a construir la Catedral de Cristo Salvador en el mismo lugar y replicando la original.

Catedral de Cristo Salvador

En lo que me parece una decisión inteligente, las autoridades de Moscú han habilitado un sector de la ciudad para la construcción de modernos rascacielos, en general oficinas de grandes empresas, combinadas con espacios habitables y sectores de entretenimiento. Ha surgido así Moscú City.

Moscú City

Entre los muchos espacios para el Arte que hay en Moscú se destacan la Galería Tretyakov y el Museo Pushkin. En el primero se tiene la mayor colección de arte ruso disponible, desde los tradicionales íconos religiosos tan utilizados en el culto ortodoxo-ruso, hasta obras famosas de arte abstracto como “Cuadrado negro” de Kazimir Malevich (1913).

Galería Tretyakov

En cambio el Museo Pushkin tiene muy buenas colecciones de arte occidental. Dado que actualmente ir a ver las obras de este museo está complicado, les dejo un link para que  puedan hacer una visita virtual al museo y ver las obras. Con las herramientas de navegación pueden recorrer las diferentes salas y ver hermosas obras de arte. Para hacerlo copien el link de abajo y péguenlo en Google para acceder.

https://new.newpaintart.ru/data/vtours/pano/?lp=17_1&lang=ru

Los rusos se han destacado también en literatura, música y danza, dando grandes escritores, especialmente en el siglo XIX (L. Tolstoi, F. Dostoievsky, N. Gogol, A. Chejov entre otros). También hay una larga lista de grandes compositores e intérpretes de música clásica tanto en el siglo XIX como en el XX. Las escuelas de música siguen formando excelentes intérpretes hoy en día. Pero es en el ballet clásico donde los rusos se convirtieron en referentes mundiales y, lo llamativo, es que ello ocurrió independientemente del régimen gobernante. Las grandes estrellas del ballet brillaron tanto en el período imperial como bajo el régimen soviético. Cuando pensamos en ballet, una de las mayores referencias es el teatro Bolshoi de Moscú, que existe desde 1825 y fue restaurado y reinaugurado en el 2011 con todo su esplendor intacto. En el siguiente video podemos llevarnos una idea de cómo luce hoy.

El Teatro Bolshoi luego de su remodelación

Moscú es la capital de una gran potencia mundial que, al igual que otras, muestra en sus palacios, museos, iglesias y monumentos sus logros a través de la Historia. Pero lo que hace única a Moscú, es que fue la capital de uno de los mayores experimentos socio-económico-cultural de la Historia, y recorriéndola uno revive los logros y fracasos de esa experiencia. Vamos a Moscú!!

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10 Comments

  1. Julio zlatkes dice:
    31 julio, 2021 a las 6:08 pm

    Jorge, ver Moscú de tu mano me a dejado un sabor dulce. Tantas maravillas conocidas y desconocidas magníficamente guiado. Lo paso a mis amigos para que se deleiten como lo hice yo

    Responder
    • c1730649 dice:
      1 agosto, 2021 a las 1:54 pm

      Muchísimas gracias Julio por tus palabras

      Responder
  2. miguel NAIMAN dice:
    31 julio, 2021 a las 9:51 pm

    Jorge como siempre tus comentarios esplendidos y me recuerda mi visita a esa maravilla gracias

    Responder
    • c1730649 dice:
      1 agosto, 2021 a las 1:55 pm

      Me alegra mucho Miguel que te haya traído buenos recuerdos

      Responder
  3. leonardo dice:
    1 agosto, 2021 a las 2:49 pm

    Maravilloso recorrido, pude refresacar todo y mejor aun, hay que volver a visitar esa Ciudad, con su modernismo actual,gracias

    Responder
    • c1730649 dice:
      1 agosto, 2021 a las 6:35 pm

      Muchas gracias Leo por tu comentario

      Responder
  4. Mignon Rousseau dice:
    1 agosto, 2021 a las 9:13 pm

    Hola Jorge, hermosísimo, como siempre. Muy instructivo y encantador para leer. Que sigan los viajes y los informes. Gracias.

    Responder
    • c1730649 dice:
      2 agosto, 2021 a las 12:03 am

      Muchísimas gracias Mignon por tus palabras

      Responder
  5. Tomás Ofman dice:
    9 agosto, 2021 a las 2:19 pm

    Hola Jorge, no conozco Moscú, me gustaría poder hacerlo, pero al menos con tus relatos, información y fotos, en parte es
    de alguna manera, como si estaría presencialmente. Muchas gracias

    Responder
    • c1730649 dice:
      11 agosto, 2021 a las 1:07 pm

      Gracias a vos Tomás y espero que pronto puedas concretar tu idea.

      Responder

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