Cuando pensamos en Suiza y sus habitantes las imágenes que vienen a nuestra mente son sus bellos paisajes, la eficiencia en la organización, la seriedad de las personas, la puntualidad acorde a sus famosos relojes.
En cambio cuando pensamos en Italia, junto a las imágenes de belleza natural y la belleza producto de la mano del hombre, vemos imágenes que tienen que ver con la emoción, con su expresión a través del lenguaje gestual, con el disfrute de la buena vida (la “dolce vita”), la gastronomía que reúne a familia y amigos.
Estos diferentes estilos parecen incompatibles y por eso me intrigaba la Suiza Italiana, menos famosa que las otras regiones lingüísticas de Suiza como la Alemana y la Francesa. Mi duda era si podría combinarse la eficiencia organizativa de los suizos, con un estilo de vida “alla italiana”.
Un factor que ayuda es la geografía, ya que la mayor parte de la Suiza Italiana se ubica en el lado sur de los Alpes, que la protegen de los fríos vientos del Norte. Por eso vemos palmeras y, en general un clima y una vegetación que se parece mucho más al norte de Italia que a las otras regiones de Suiza.
Es muy llamativo para nosotros que un país como Suiza, de tan solo 41277 Km2 (menor que la provincia de Jujuy), tenga tres idiomas oficiales, alemán, francés e italiano (existe un cuarto idioma, romanche, que sólo es hablado por un 0,5% de la población). Lo que ocurre es que Suiza está en el corazón de Europa, rodeado por países que hablan esos tres idiomas. Tenemos que considerar también que los formidables desafíos que su geografía ofrece, con las montañas más altas de Europa, hacía más difícil la comunicación entre las distintas regiones de Suiza, que el vínculo con los países vecinos. Por eso cuando entramos desde la región germano parlante al túnel de San Gotardo, recorremos en auto sus 17 Km y cuando salimos del túnel vemos todo escrito en italiano, nos asombra pensar que seguimos en Suiza, pero en una región especial en la que el idioma oficial es el italiano. A medida que nos adentramos en el cantón (provincia) de Tesino vemos también que cambia el tipo de vegetación, ya que aquí el invierno es menos severo.
Cuando llegamos a Locarno, a sólo 200 msnm, protegida de los vientos fríos, entendemos su vegetación exuberante en la que abundan las palmeras. Está al borde del Lago Maggiore (Mayor), compartido con Italia y, conserva una fuerte impronta italiana en su arquitectura. Por otro lado, el orden y la prolijidad que se observa en sus calles es muy característico de los suizos. Esta rara combinación ha hecho de Locarno un sitio favorito para los alemanes y suizos germano parlantes, que buscan el clima benigno pero sin perder sus otras bondades.
Vecina a Locarno se encuentra Ascona, otra bella población junto al lago con hermosas vistas.
A diferencia de otros lugares en Europa en donde recomiendo mucho los aspectos históricos o artísticos por su gran relevancia, aquí me parece que la belleza está en dejarse llevar y caminar a paso tranquilo por los paseos junto al lago, o por las estrechas calles de las partes antiguas de estas ciudades y pueblos.
Una de las joyas de la Suiza Italiana es un pequeño pueblo llamado Morcote, que se hizo famoso al ser elegido en el año 2016 como el pueblo más bonito de toda Suiza. Originalmente un pueblo de pescadores, situado junto al extremo sur del lago de Lugano, combina un entorno natural de montañas cubiertas de vegetación con un hermoso lago y las características de un elegante pueblo. Más que contarlo hay que apreciarlo en imágenes.
Si bien la capital del cantón de Tesino es Bellinzona, el centro económico, financiero y cultural es Lugano. Esta ciudad de unos 64000 habitantes, está considerada una de las ciudades con mejor nivel de vida de Suiza, junto a Ginebra, Zurich y Basilea. Situada a orillas del lago de Lugano (o Ceresio), combina un clima benigno, en comparación con el resto de Suiza, con unas hermosas vistas de montañas y lago y al mismo tiempo una ciudad vibrante en su economía y en su buen vivir.
Algo imperdible es el paseo junto al lago (Lungolago), con la vista de los distintos montes que rodean a Lugano y el Parque Ciani, con sus jardines desde los que se tiene una hermosa vista de la costa y la ciudad junto a ella.
En la zona céntrica se percibe esa combinación de lo suizo con lo italiano, en la elegante arquitectura, en la abundancia de cafés y restaurantes y en la atmósfera de actividad plena y al mismo tiempo tranquila.
Al igual que otras ciudades suizas, Lugano ha construido un moderno Centro Cultural, el LAC (Lugano Arte e Cultura) con salas de concierto y de exposición.
En las afueras de Lugano, en Montagnola, es posible visitar la Casa-Museo del escritor Hermann Hesse (1877-1962). Si bien Hesse nació en Alemania, en 1916 se mudó a Suiza para recalar finalmente en Montagnola, donde vivió hasta su muerte en 1962. Su vida tuvo múltiples vicisitudes, de chico tuvo conflicto con sus padres que querían que se dedique a los estudios teológicos contrariando su vocación poética y literaria. De adulto tuvo muchos problemas psicológicos y sus dos primeros matrimonios fallidos. Se ganaba la vida como librero hasta que pudo, hacia 1904, tener un cierto éxito como escritor. En la década de 1920 aparecen ya las novelas que lo harían famoso, Demian, Siddhartha, El lobo estepario, Narciso y Golmunda. En 1931 se casa con quien sería su pareja por el resto de su vida y comienza la preparación de su novela El juego de abalorios. Con el surgimiento del nazismo adopta una postura muy crítica y protege en su casa a escritores que huyen de Alemania como Thomas Mann y Bertolt Brecht. Trata de publicar en Alemania artículos defendiendo a autores perseguidos por los nazis, pero es rápidamente silenciado. En 1946 se le otorga el Premio Nobel de Literatura en reconocimiento a su trabajo. Al comienzo, su popularidad sólo abarcó el mundo de habla alemana, y hacia la década de 1950 comenzó una declinación. Pero pocos años después de su muerte, el movimiento contracultural (Hippie) en Estados Unidos impulsó su difusión allí y en el resto del mundo. Tomemos algunas de las frases que expresan su pensamiento:
No debería ser nuestro objetivo convertirnos en otra persona, sino reconocer a los demás, honrar a los demás por el simple hecho de ser como son.
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.
Como vemos hay muchas cosas interesantes en Lugano y el tiempo de visita siempre nos va a parecer escaso.
La Suiza Italiana, si bien es menos famosa que el resto de Suiza, es una región muy atractiva para visitar y verificar que el orden suizo es compatible con la buena vida “alla italiana”.
5 Comments
Buenisimo Jorge, primera visita a esta zona, entre una vez por el norte (Alpes) hasta el lago Maggiore por el lado
italiano, desde Gruyere, debere visitar esta zona por su belleza, gracias
No conocía este hermoso detalle Suizo con fuerte influencia de Italia.Gracias
Muchas gracias Carlos por tu comentario
Seguís mostrándonos lugares desde una óptica distinta.Ver Lugano y pasear por la Suiza Italiana es todo un descubrimiento e incorporar palabras de H Hesse me recuerda mis años de juventud donde descubrí su genio.
Gracias
Me alegra mucho Julio que te haya gustado la entrada. Muchas gracias por tu comentario