Generalmente uno elige los lugares a conocer en un viaje en base a sus gustos, recomendaciones, lecturas, etc. Pero ocurre también que uno viaja por razones de trabajo, y eso lo lleva a conocer lugares que pueden o no coincidir con atracciones turísticas.
Por muchos años viajé a Europa, y en particular a Alemania, por trabajo y tuve oportunidad de conocer ciudades que no son habituales en los itinerarios turísticos. Como estos viajes solían ser de pocos días y tenían una agenda muy completa, pocas veces tenía la oportunidad de conocer los atractivos turísticos de la zona (la excepción era cuando el viaje incluía un fin de semana). La ciudad a la que viajé el mayor número de veces fue Hannover, en la zona centro-norte de Alemania y la razón era que allí está la central de la compañía Continental, con la que trabajaba en ese tiempo.
Pero en una oportunidad, decidí incluir Hannover y otros lugares de Alemania dentro de un periplo puramente turístico. Así pude recorrer con mi esposa, sin apuro, lugares por los que había pasado concentrado en mis temas de trabajo.
Es necesario repasar brevemente algunos hitos de la historia del país, para comprender lo que ocurrió en Hannover. En el año 962 se constituye el Sacro Imperio Romano Germánico, abarcando lo que se conoce como Europa Central. En su mayor expansión abarcaba desde el río Eider en el Norte de Alemania hasta la costa del mar Mediterráneo, es decir fue una gran potencia que sobrevivió hasta 1806. Los emperadores pertenecieron a la Casa de Habsburgo entre los siglos XV y comienzo del XIX.
El teólogo Martín Lutero enfrenta en 1517 al Papado, provocando una escisión de la Iglesia que desemboca en la Reforma protestante, que es adoptada por los principados alemanes. El conflicto desembocó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que devastó Alemania dejando un país fragmentado en pequeños reinos.
Alemania recién se constituyó como Estado-Nación en 1871, cuando se formó el Imperio Alemán bajo el predominio de Prusia.
Hannover
Es la capital del estado de Baja Sajonia y una ciudad de unos 538000 habitantes. Vale la pena recordar que Alemania tiene unos 83 millones de habitantes, que viven en una superficie de 357000 Km2. En general a los alemanes no les gusta vivir en grandes ciudades, de hecho hay sólo cuatro ciudades que superan el millón de habitantes (Berlín, Munich, Hamburgo y Colonia). Los buenos sistemas de comunicación por autopistas y por tren facilitan el traslado y hay muchas ciudades medianas, entre ellas Hannover.
Hannover creció a partir del siglo XIII en base a su estratégica posición en el cruce de caminos Este-Oeste y su fácil acceso al puerto hanseático de Bremen. En 1636 el Príncipe Jorge I de Brunswick-Luneburgo trasladó su corte a Hannover con lo que aumentó la importancia de la ciudad. Más aún, en 1692 se convirtió en Electorado de Hannover, lo que permitía al Príncipe participar en la elección del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Lo que no todos conocen es que la actual dinastía reinante en Gran Bretaña (Casa de Windsor), es descendiente de la Casa de Hannover. A la muerte del rey Jacobo I de Inglaterra no dejó descendencia directa, por lo que se buscó la mayor descendiente de religión protestante que resultó ser Sofía de Wittelsbach, casada con el Príncipe Elector de Hannover, Ernesto Augusto. El hijo de este matrimonio gobernó en Gran Bretaña como Jorge I (1714-1727) inaugurando la dinastía Hannover. Luego siguieron Jorge II y Jorge III, pero la descendiente más famosa fue la reina Victoria (1837-1901) que se casó con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, dando origen a la dinastía de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha. Durante la Primera Guerra Mundial, teniendo en cuenta que Gran Bretaña luchaba contra Alemania, el rey decidió cambiar el nombre de la dinastía a Casa de Windsor (por el castillo del mismo nombre) y evitar que los monarcas quedaran asociados al odiado enemigo alemán.
Después de esta digresión, propia de una serie de Netflix, vayamos a ver que nos ofrece Hannover desde el punto de vista turístico. Para comenzar, ligado a su pasado principesco, merecen una visita el Palacio y especialmente los Jardines de Herrenhausen, uno de los más grandes y bellos jardines barrocos de Alemania.
En el lugar es también muy llamativa la gruta (“Il Grotto”), que fue decorada a principios del siglo XXI por la artista francesa Niki de Saint Phalle (1930-2002). Nos encontramos allí un universo fantástico pleno de color y brillo.
También es muy atractivo visitar el Jardín de Montaña (“Berggarten”) con su extraordinaria colección de especies botánicas y, en particular, una enorme colección de orquídeas.
Hannover era, cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, un importante centro de fabricación de armamentos y un centro de comunicaciones. Esto motivó que fuera severamente dañada por los bombardeos aliados. Actualmente el Centro Histórico fue parcialmente reconstruido, por lo que combina edificios de arquitectura antigua y otros con el estilo de la postguerra.
Goslar
Es una pequeña ciudad antigua muy bien conservada, situada al pie de los Montes Harz. Justamente es debido a la riqueza minera, particularmente cobre, plomo y plata, de estas montañas que Goslar debe su prosperidad desde los tiempos medievales. Hacia los siglos XV y XVI Goslar alcanza su apogeo, cuando se establecen fundiciones alimentadas con la madera de los bosques de las montañas vecinas. Esa riqueza se tradujo en bellos edificios que aún se conservan, lo que convirtió a esta ciudad en un polo de atracción turística. Debido a su poca importancia estratégica, esta ciudad no sufrió daños significativos en la Segunda Guerra Mundial.
Koblenz
Es una ciudad localizada en el punto de encuentro del río Mosela con el majestuoso Rin. Fue fundada por los romanos en el año 8 AC y su nombre deriva del latín “Confluentes” (Confluencia).
Es una ciudad de unos 114000 habitantes que, por su estratégica localización geográfica, fue codiciada por diferentes estados y explica las fortificaciones que se encuentran cerca de ella.
Un lugar tradicional en Koblenz es la plaza llamada Deutsches Eck (Esquina alemana) donde se ve la desembocadura del Mosela en el Rin. Allí se encuentra la controversial estatua ecuestre de Guillermo I, Emperador alemán entre los años 1871 y 1888 en que falleció.
Es también una buena localización para explorar parte de los valles del Mosela y del Rin.
Valle del Mosela
Recorrer parte del valle del Mosela es muy placentero, porque es un río que describe suaves curvas entre colinas cubiertas de viñedos, lo que crea un paisaje siempre cambiante. Hay pequeños pueblos que, a pesar de su antigüedad, están impecables y conservan la antigua tradición del cultivo de la vid, que viene desde el tiempo de los romanos. El terreno ondulado obliga al uso de terrazas para implantar las vides, destacándose las variedades de Riesling, que dan algunos de los vinos blancos en los que se destaca esta zona. Estuvimos en el pequeño y antiguo pueblo de Beilstein con sus hermosas vistas y sus antiguas casas llenas de Historia.
Valle del Rin
El río Rin es uno de los ríos más importantes de Europa y una vía fluvial de enorme significación económica. El río nace en los Alpes Suizos y recorre unos 1230 Km hasta su desembocadura en el Mar del Norte, a la altura de Rotterdam. Es navegable a lo largo de 883 Km entre Basilea (Suiza) y su desembocadura en los Países Bajos. Desde la época de los romanos el río ha sido una de las mejores vías de comunicación, lo que contribuyó al desarrollo de grandes ciudades y zonas industriales de gran significación para Suiza, Alemania y Francia.
El tramo del valle del Rin entre Bingen y Koblenz es especialmente atractivo y puede ser recorrido por barco o en auto, siguiendo una ruta junto al río. De todos modos recomiendo hacer alguna excursión por barco, aunque sea corta, para vivir la navegación en un río poblado por barcos de distinto tamaño y objetivo: carga, paseo e incluso los grandes cruceros de río.
En las orillas uno encuentra antiguos pueblos y en las colinas viñedos, que producirán el famoso vino del Rin. Pero además vemos numerosos castillos, que dan fe de la importancia histórica y militar de estos lugares, que fueron disputados por mucho tiempo.
En el trayecto hasta el bello pueblo de Bacharach, encontramos el impactante risco de Loreley, a 120 m sobre el río. Es una zona peligrosa para los navegantes por la menor profundidad del río y aguas turbulentas. La antigua leyenda germana de Loreley cuenta que, sobre dicho cerro había una bella ondina, que con su canto atraía a los navegantes provocando su naufragio.
Bacharach es un encantador pueblo con antiguas casas medievales y torres que quedaron de sus fortificaciones. En la zona de la Plaza del Mercado (Markplatz), se encuentra uno de los mejores ejemplos de casas con entramado de madera.
Viajando por Alemania la mayoría de los turistas elige las grandes ciudades como Berlín, Munich o Colonia. Sin embargo, me parece valioso combinar una visita a una gran ciudad con recorridos por estos pueblos y paisajes, que nos muestran un lado menos conocido pero atractivo del país.
6 Comments
Hermosa recorrida por lugares visitado que han quedado grabados por lo impecable de su cuidado visto con los ojos de un sudamericano admirador del orden y el cuidado de la historia.
Gracias
Muchas gracias Julio por tus palabras
Si tuviese oportunidad de viajar a Alemania, eligiría esa zona. Conocí Berlín y Frankfurt, a pesar de mi rechazo por regresar a la capital de un país del que mi abuela materna tuvo que huir con sus cinco hijos, entre ellos, mi madre,. Reconozco que superé esa etapa y que las fotos y las descripciones invitan a visitar localidades que parecen ilustraciones de cuentos de hadas. Muy bueno el pantallazo histórico que nos recuerda que nadie, ni siquiera los reyes, son de «sangre pura». Gracias, Jorge, por abrirnos una nueva ventana al » mundo ancho y ajeno».
Como siempre tus comentarios son precisos y dignos de una cuidadosa lectura. Muchas gracias Silvia
Lindo e interesante como todo recorrido por el centro de Europa, lleno de hermosos pueblos, recientemente visite Kassel con caracteristicas similares, gracias como siempre
Gracias a vos Leo por tus palabras