En el norte de Italia se encuentra una de las llanuras más grandes del sur de Europa, la Llanura Padana (este nombre deriva de su río más importante, el Po). Esta fértil llanura de unos 48000 Km2 abarca parte de las regiones económicamente más importantes de Italia como Piamonte, Lombardía, Emilia-Romagna, Véneto y Friuli-Venezia Giulia.
Es por eso que esta llanura ha sido habitada desde muy antiguo y también ha sido el escenario de cruentas guerras, asociadas a las disputas por este rico territorio. Todas las grandes ciudades de esta llanura fueron poderosas en algún momento de su historia. Algunas a través del dominio del mar Mediterráneo, como Venecia o Génova, lo que las convirtió en potencias a través de la conquista de territorios y supremacía en el comercio. Otras ciudades, como Milán, Turín o Verona crecieron al estar localizadas en la Llanura Padana, en los cruces de caminos que comunicaban con el norte o el oeste de Europa, a través de convenientes pasos transalpinos.
Este es el caso de Verona, que por su ubicación en el cruce de la ruta Este-Oeste que une Venecia con Milán y la Norte-Sur que une Roma con el paso de Brennero, que permite llegar a Austria y Alemania. A esto se suma la excepcional ubicación en un meandro del río Adigio, que la protege en gran parte de su contorno.
Por eso los romanos que fundaron Verona hacia el siglo II aC le dieron una gran importancia y construyeron edificios monumentales como la Arena o el Teatro Romano, que se siguen usando en la actualidad. También del siglo I dC es el Ponte Pietra sobre el río Adigio (hay dos arcos originales y otros agregados por las obras para evitar las inundaciones).
Con la decadencia del Imperio Romano, Verona fue ocupada sucesivamente por los ostrogodos, los lombardos y los francos. A partir de comienzo del siglo XII Verona pasa a ser una comuna independiente, y comienza un período de florecimiento económico y cultural. Esto se dio especialmente durante el período gobernado por la dinastía Scaligeri.
La República Veneciana conquista Verona en 1495 y mantiene este dominio hasta 1797, donde la invasión napoleónica derrota a los venecianos y entrega Verona al Imperio Austro-Húngaro de los Habsburgo. Más tarde, en 1866, se integra Verona al Reino de Italia.
Lo interesante es que visitando hoy el Centro Histórico de Verona, encontramos toda esta historia desplegada ante nuestros ojos en sus calles, monumentos, edificios y castillos.
Verona romana
Simplemente llegando al Centro Histórico, en la tradicional Piazza Bra nos encontramos con el impresionante Anfiteatro Romano, conocido como “Arena de Verona”, construido en el año 30 dC. En tamaño, fue el tercero en el Imperio Romano, mide 140 m de largo por 100 m de ancho y una altura de 31 m y actualmente tiene una capacidad para 30000 espectadores. Los romanos lo usaban como lugar para espectáculos de lucha, entre gladiadores o de gladiadores contra animales. En esos tiempos las multitudes disfrutaban de esos espectáculos. Hoy día es utilizado en verano para representación de óperas y conciertos.
Paseando por las orillas del río Adigio (Adige en italiano), nos encontramos con el Ponte Pietra, que conserva dos tramos construidos por los romanos en el siglo I aC.
Por último, el Teatro Romano construido sobre una colina situada en la margen izquierda del río, combina características griegas y romanas. Del original, construido a fines del siglo I aC, se conservan restos y, luego de su reconstrucción, comenzó a ser utilizado como teatro de verano.
Los Scaligeri y Verona
La dinastía Scaligeri o della Scala gobernó Verona entre 1260 y 1387. El nombre de la familia era “della Scala”, lo que explica la representación de una escalera que aparece en forma reiterada en los monumentos. Los conflictos por el poder y la baja expectativa de vida de ese tiempo, hizo que en el poco más de un siglo en que gobernaron Verona, se sucedieran en el poder 14 Scaligeri. A pesar de las turbulencias por la sucesión y los conflictos entre hijos legítimos e ilegítimos, Verona tuvo una gran prosperidad económica, que hoy podemos ver en sus monumentos y castillos.
Cuando nos preocupamos por la gran polarización política de nuestro tiempo, es interesante encontrar que los conflictos actuales, aunque menos sangrientos, son un reflejo de los conflictos que se dieron en lo que hoy es Italia, entre las ciudades-estado de la Edad Media.
Durante la Edad media se producen en las ciudades del Norte de Italia profundos cambios socioeconómicos. Hay una burguesía en ascenso formada por comerciantes y artesanos, que busca espacios de poder frente a los señores feudales. El conflicto surgido en los reinos germánicos, se traslada a Italia y las ciudades más importantes (Milán, Florencia, Verona, Mantua) se alinean en dos grupos: “güelfos”, que apoyan al Papado y los “gibelinos” que apoyan al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Dentro de las ciudades había también luchas de poder entre las familias más poderosas. Además de sangrientas batallas provocadas por este conflicto, una de las consecuencias fue el destierro del gran poeta Dante Alighieri, de su querida Florencia natal. Es así que Dante, embanderado en uno de los grupos en que se escindió el partido güelfo, es impedido de volver a Florencia porque sus gobernantes son del grupo güelfo opositor. Dante sufrió el exilio desde 1302 hasta su muerte en Rávena en 1321. Durante esos años escribió la obra que lo inmortalizó: La Divina Comedia.
Ustedes se preguntarán qué tiene que ver esto con Verona. Es que la primer ciudad que albergó a Dante fue justamente Verona, por invitación de Bartolomeo della Scala. Está allí un tiempo y luego viaja a otras ciudades, siempre buscando derrotar a sus enemigos de Florencia. En 1312 vuelve a Verona invitado por Cangrande della Scala, y vive allí hasta 1318. Por eso en la Piazza dei Signori frente a la estatua de Dante, hay una placa donde se reproduce (en italiano)
El refugio que hallarás primero
será la cortesía del lombardo
que lleva el ave santa en la escalera
LA DIVINA COMEDIA: PARAISO XVII 70-72
expresando así el agradecimiento de Dante ante la hospitalidad recibida.
También en la conocida como Epístola XIII a Cangrande della Scala, Dante le dedica la tercer parte de La Divina Comedia, Paraíso a este gobernante, en prueba de amistad.
Muy cerca de la Piazza dei Signori se encuentran los Arche Scaliglieri, conjunto de cinco monumentos funerarios dedicados a sendos miembros de esta dinastía. Están en el atrio de una iglesia, aunque separados de la calle por un muro con la reja que los identifica.
Además de todo esto los Scaligieri mandaron construir un imponente castillo en Verona y otros en lugares cercanos, como Sirmione y Malcesine, ambos a orillas del lago de Garda.
El castillo de Verona conocido como Castelvecchio, es una fortaleza conectada con un puente sobre el río Adigio mandado a construir por Cangrande II en 1354. Actualmente alberga el Museo de Castelvecchio, uno de los más importantes de Verona.
Piazza delle Erbe (Plaza del Mercado)
Es posiblemente la plaza que mejor compendia la historia de Verona. Fue construida en el período medieval sobre el lugar donde estaba el Foro Romano. Recorriéndola nos encontramos con edificios medievales como el Domus Mercatorum (Casa de los mercaderes) o la Torre de Lamberti , construida a partir de 1172 y con una altura de 84 m. Si buscamos algo más moderno tenemos el Palazzo Maffei, que introduce la arquitectura barroca en una plaza mayormente medieval. Está coronado por estatuas de dioses griegos.
La plaza tiene varios monumentos donde destaca una columna coronada por el León de San Marcos, que resalta el largo período de dominio veneciano sobre Verona.
Hay también una fuente conocida como “Madonna Veronese” con una estatua romana del año 380.
Otro monumento es un Capitel del siglo XIII llamado Tribuna usado en ceremonias por los “podestá” (jefes del gobierno de la ciudad).
Verona y el arte
Como otras ciudades del norte de Italia, Verona hizo su aporte a la historia del arte a través de uno de los más importantes pintores italianos del siglo XVI, Paolo Veronese (1528-1588). Su nombre era Paolo Caliari o Cagliari, pero se lo conoce por su ciudad natal.
De origen humilde, comenzó su aprendizaje con pintores de segundo orden, pero rápidamente se destacó por su estilo elegante, opulento, con un gran manejo del color y habilidad técnica. Se desarrolló como pintor en Venecia, centro político y artístico de todo el Véneto. Allí trabajó con grandes pintores como Tiziano y Tintoretto, recibiendo importantes encargos para decorar iglesias y monasterios. Fue un artista prolífico, pero sus obras más destacadas no se encuentran en Verona sino repartidas entre Venecia y los grandes museos del mundo.
Colaboró con el gran arquitecto Andrea Palladio en la decoración, mediante frescos, de Villa Barbaro en Maser (Treviso).
Una de sus obras más famosas es “Las bodas de Caná” de 1562/63. Es una obra encargada para colocar en el refectorio del Monasterio de San Giorgio Maggiore en Venecia. Sus dimensiones son impactantes, 6,69×9,90 m y cuando Napoleón ocupó Venecia se la llevó a Francia, por lo que hoy la podemos ver en el Museo del Louvre.
Otra obra gigante de Paolo Veronese es “Cena en casa de Leví” de 5,55×13,10 m. El encargo de la Orden de los Domínicos era representar La Última Cena, pero al ver la obra la Inquisición no estuvo de acuerdo con algunos de los personajes representados, y le pidió al pintor realizar una serie de cambios. Éste se negó, aunque aceptó finalmente cambiarle el título a la obra, que actualmente está en la Galería de la Academia de Venecia.
Romeo y Julieta en Verona
No hay turista que llegue a Verona que no busque un rastro de los famosos amantes de la genial creación de Shakespeare. Y Verona sagazmente “encontró” la Casa de Julieta con su conocido balcón, y para hacerlo más verosímil agregó una estatua de la hermosa Julieta. Por si esto fuera poco, alguien creó la leyenda de que el que toca el pecho derecho de Julieta tendrá suerte en el amor. En forma similar hay una Casa de Romeo, aunque no es de acceso público.
La realidad es que Shakespeare creó a fines del siglo XVI el “amor romántico”, que perdura hasta nuestros días, reemplazando al “amor cortés”, medieval (ver la entrada Romeo y Julieta como fuente de inspiración).
Romeo y Julieta son personajes de ficción, pero nos gusta creer que podemos estar en su casa,y ver el balcón desde el que se dijeron cosas tan hermosas.
Como dicen los italianos “si non è vero è ben trovato” (puede no ser verdad pero está tan bien contado que debería haber ocurrido).
Como vemos, Verona nos brinda múltiples experiencias, para quienes gustan de conocer una ciudad con rica historia, bellas imágenes y buena gastronomía. Con frecuencia los tours se detienen por un par de horas en Verona, para ver un par de atracciones. En mi opinión, se merece bastante más.
6 Comments
Excelente relato que no conocía, tuve la.oportunidaf de presenciar una opera en la Arena,by fue maravilloso, gracias Jorge como siempre
Muchísimas gracias Leo por tu comentario
Fuimos de los que estuvimos de paseo por Verona pero no nos quedamos a dormir. Una pena, ciertamente. Hicimos una excursión a los lagos del Norte de Italia. Tocamos varias ciudades, bien utilizado el verbo tocar. Pero cuando no se puede todo porque Argentina queda lejos y los pasajes son caros, a veces te seducen con la cantidad de lugares que podés ver. Nunca ese todo existe. Italia es el país que más recorrimos. Pero cuando se terminó la feliz época de alquilar auto y quedarse a elección el tiempo planeado, te queda sabor a poco. Eso nos sucedió con Verona. Como siempre, gracias por la historia, las fotos y la crónica. Muy grato e instructivo tu blog.
Silvia, nunca la experiencia de viaje es completa. Siempre nos quedan cosas por ver, viajemos como viajemos. Lo bueno es haber podido vivir la experiencia, aunque sea incompleta. Siempre nos quedan los recuerdos y los ayudamos con videos en Youtube o blogs de amigos. Muchas gracias por tus bellas palabras.
este es uno mas de los excelentes trabajos que publica jorge, completo, ameno y muy bien ilustrado, seria como la gesta de marco polo en el siglo XXI, por favor, sigue viajando y escribiendo, tus seguidores lo esperamos con ahinco, hasta la proxima entrega… saludos y gracias
Muchísimas gracias Saúl por tu estimulante comentario